jueves, 16 de septiembre de 2010

Zapping

La televisión palpitaba imágenes extrañas, inquietantes por lo alejadas que estaban de mi, y mientras las veía me entró un miedo terrible a estar sin ti.
Cambiaba rápido, apretando el mando, confundiendo al aparato, escapando, intentando encontrar un reposo perdido en un ámbito tan hostil.
Un collage de barbaridades inconexas, de caras sin sentimiento, de imágenes vacías camino del cementerio de la razón.
Lo que me aterraba era romper el papel de la pared y que detrás hubiera algo, rumiando la maldad acumulada durante años, emparedados de sección de sucesos en periódico amarillento.
La incapacidad del esquizoide para sentir, para conectar, dicen, la capacidad del humano medio para estar más cerca del chimpancé que del privilegiado genio.
No puedo dormir y me revuelvo en la cama como una larva tirada en la arena de la playa, las ojeras tan pronunciadas que casi puedo ver el pasado.
Ni en la lencería más bonita encuentro el consuelo, sólo quedan horquillas al final de todo, y yo, en la cama de mi amigo, soñando despierto por el efecto de la anfetamina.
Comiendo techo hasta el final, con el blanco en mis sienes, el que anula mis pensamientos, y la culpa en un saco, a mi espalda, como en ese disco de los Dexy´s.
Paro, respiro, veo tu arte final.
Leo a Óscar: No sé si merece la pena vivir así.

3 comentarios:

Encarni dijo...

Creo que la gente se queda sin palabras cuando te lee. Igual que yo. Pienso que como mínimo el comentario (mi comentario) debería ser ingenioso o inteligente, algo que ahora mismo no encuentro, si te conformas con: me parece que es muy bueno lo que escribes me daré por satisfecha.

Anónimo dijo...

No está mal, pero atiende a la acentuación de los pronombres. Una falta de ortografía destroza cualquier escrito, por cuidado que éste esté

Daniel Bernabé dijo...

Gracias Encarni, no es necesario nada más que unas palabras sinceras.