miércoles, 26 de diciembre de 2007

Bill Murray, como te queremos.


Admito que este post carece de todo criterio cinematográfico, pero ya es hora que en La Aurora Moderna rindamos homenaje a uno de los actores que más nos gustan, el inigualable Bill Murray. Y que mejor para ello que hacer un repaso a sus mejores películas, o las que al menos en nuestro excelso criterio lo son, que para saber donde nació y esas cosas ya tenéis la wikipedia y el imdb.

Comenzamos con Meatballs, titulada en español Los incorregibles albóndigas. La dirigió en 1979 el eslovaco-canadiense Ivan Reitman, piedra angular de la filmografía de Bill Murray. La película tiene poco que rascar, fue un pretexto para sacar teenagers ligeras de ropa y chistes soeces, pero fue el primer papel de este comediante en la gran pantalla. Bill Murray llevaba desde el 77 en el Saturday Night Live, uno de los programas de variedades y humor de más longeva existencia en televisión y del que han salido la mayoría de los cómicos estadounidenses de cierto nombre. Y probablemente la época de inicio de este show, donde se dió a conocer nuestro homenajeado de hoy, fue la mejor, con tipos de la talla de John Belushi, Dan Aykroyd o el mejor-peor actor de todos los tiempos, Chevy Chase.
Saltamos un par de años a 1981, donde el amigo Bill protagoniza junto a Harold Ramis, el actor de comedia menos expresivo tras Buster Keaton, Stripes, (El Pelotón Chiflado) también de Reitman. De esta película, una de las clásicas para el sábado después de comer, de la cual está tomada la imagen del post, se pueden sacar dos cosas buenas. A saber, sale Sean Young y es el primer papel "murrayano" típico: fracasado, golfete, ligón e ingenioso a más no poder, pero un buen tio a pesar de todo.
Y llegamos al vórtice de la comedia de los 80, Ghostbusters, Cazafantasmas, una de las películas más divertidas que jamás se han rodado y que merece un post aparte que algún día escribiré. Por supuesto es de Ivan Reitman y junto a Murray están Dan Aykroyd, Harold Ramis, Sigourney Weaver y Rick Moranis, que en mi casa era conocido como "el chiquitín". Esta es una peli hecha por colegas y eso se nota en el buen rollo que hay entre los actores. El Dr. Peter Benkman, el personaje de Bill Murray, tiene algunas escenas gloriosas, pero yo me quedo con el dialogo que mantiene con la poseída Sigourney Weaver, a la cual, evidentemente acaba ligándose.
Los Ochenta continuaron con fuerza para este actor de incipientes entradas capilares: el remake de La tienda de los horrores, la recreación de Un cuento de Navidad de Dickens en el Wall Street de los yuppies, Scrooged, que aquí se tituló Los fantasmas atacan al jefe y la segunda parte de los cazafantasmas, donde Bill hizo bailar a la estatua de la libertad al ritmo de Jackie Wilson.
Con la llegada de los noventa la comedia norteamericana entró en coma, y se llevó por medio a la mayoría de directores y actores identificados con la anterior etapa. Bill Murray hizo su última comedia de éxito para el gran público, Groundhog Day, o Atrapado en el Tiempo, esta vez dirigida por su amiguete Harold Ramis en 1993. Esta imaginativa comedia, ahora de culto, tenía algo que sobraba, la sosa de Andie MacDowell y algo sencillo pero difícil de ver, una buena historia bien contada.
A partir de aquí Bill Murray, repliega velas y se empieza a dejar ver en otro tipo de películas, algo así como cuando Tony Leblanc se quitó el peluquín, pero a tiempo. Tiene un papel curioso en Ed Wood (94) y es el malo en Kingpin (96), la segunda peli de los Farrelly, una surrealista comedia ambientada en el juego ¿profesional? de los bolos.
Cuando Bill Murray parece destinado a ser carne de que paso con...?, el tío más salao de Hollywood da un nuevo giro a su carrera y consigue su primera nominación a los Oscars, ¿adivináis en cual?, eso es, Lost in Translation (2003) de Sofía Coppola. Por encima de lo que penséis sobre esta película y de "la hija" hay que reconocer que mola que nuestro fracasado preferido se ligue a la diosaza Scarlett Johansson, y lo mejor es que resultaba creíble.
Bill ha seguido haciendo de "si mismo" en papeles como el de la coral Coffe & Cigarrettes (2003), de Jim Jarmush, y protagonizando la excelente Flores Rotas (2003), del mismo director con pinta de vampiro con resaca, en la que hace de la contención y el patetismo un marca de distinción.
Este año que empieza le veremos en el remake de la televisiva Get Smart, y aun estáis a tiempo de cogerle en pantalla grande en la "bollywoodiense" The Darjeeling Limited. Un consejo para acabar, si no tenéis pareja y estáis buscando una (aunque sea para unas horas,... o minutos) ya sabéis en quien os tenéis que fijar para aprender el arte de seducir, nada de galanes o agentes secretos, vuestro tipo es él: Bill Murray.

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