viernes, 9 de mayo de 2008

Gente Rara, hoy Matías Prats

Como todos saben, o deberían, Gente Rara es una micro sección de La Aurora Moderna, que pretende, y consigue, ajusticiar a personajes paradigmas de la normalidad social, y que a juicio del que firma son muy raros.

Tras esta pequeña presentación vamos con el señor que hoy aparece quadrophenizado encima de estas líneas. Matías Prats (Luque) hijo de otro conocido periodista, Matías Prats Cañete, amable voz de los cuarenta años de placidez (Mayor Oreja dixit).

Los informativos nocturnos dicen mucho de un país, y Matías lleva reinando en las 21h mucho tiempo, y de momento, ni el guardabarreras, ni las jamelgas-chachis parecen inquietarle. Prats empezó su andadura televisiva en TVE a mediados de los setenta, despuntando en los ochenta como periodista deportivo, y más tarde, encauzando su carrera hacía la seriedad en los informativos. En aquella época decoraba su nombre con un Jr. (léase yunior), supongo que para distinguirse de su padre y de paso entrar en consonancia con los nuevos tiempos de gomina, squash y blazers blancos. Pero aquella pretérita etapa no nos interesa, lo mejor estaba por llegar.

En 1998 ficha por Antena 3. Este encuentro es comparable al de Marco Antonio y Cleopatra, Dalí y Buñuel, o el de Bowman y el Monolito. Es una simbiosis perfecta, un acoplamiento de similitudes, un coito catódico. Si un Matías hipotético hubiera llevado camisas de flores, gafas de pera y sortijas de oro, quizás hubiera tenido alguna oportunidad en Telecinco, tu pantalla amiga, pero el Matías de la realidad estaba predestinado a encontrarse en la emisora de San Sebastian de los Reyes. Antena 3 es como una señora de provincias leyendo el Vanity Fair, es el discreto encanto de la burguesía sin encanto ni nada, y necesitaba al caballero español que la desposara.

Este presentador siempre luce una eterna sonrisa, como diciendo a sus espectadores de sillón orejero: "No os preocupéis, os puede fallar el PP, os puede fallar la bolsa, incluso vuestra familia, pero siempre me tendréis a mí", y eso reconforta un huevo, no nos engañemos. Otro aspecto de la dualidad Matías-A3 son los avances informativos, en los que nuestro diseccionado sale sin chaqueta, demostrando así, visualmente, lo mucho que se esfuerza para que todo salga como tenga que salir, para que todo siga como debiera seguir.

Matías domina el medio, la cámara le quiere, aunque sea la de A3, que ¿por qué demonios imprime a todo ese tono tan apagado, ese color sin color?. Creo que un señor de Palencia llamado Avelino que se volvió loco intentando calibrar el color de su televisor. Volviendo al tema, habéis visto como se sienta, girando su tronco levemente, apoyando el brazo en la mesa, ni un galán del Holywood clásico. Y por último la voz, como la engola, ese cambio constante de tonalidad, ese tono teatral al dar los sucesos. Los contenidos, esa es otra, porque Matías no es sólo saber estar.

Sus telediarios se componen de sucesos y deportes, lo demás es marginal, gris y aburrido a su lado. Matías necesita las grandes tragedias humanas y los heroicos gladiadores de nuestros días para encontrarse en su punto. Sesión doble de Puerto Hurraco y Raúl. Y como colofón la noticia-matías. Siempre para cerrar sus informativos elige sabiamente una chanza absurda o un poco de carnaza recatada. A nadie amarga un buen postre. Y mientras que suenan las fanfarrias de despedida coloca los papeles, sonríe, se burla del niñato pepón que da los deportes y coquetea con su compañera, todo a la vez.

Matías Prats, un hombre a la altura del país, del momento, de los tiempos que nos han tocado vivir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Espeluznante...