lunes, 17 de agosto de 2009

El festival (Euroyeyé)

Sólo nos quedan los recuerdos, pensaba mientras encendía el ordenador y abría las puertas para que entrara algo de aire nuevo en el zoo de ácaros donde trabajo. Tres semanas de asueto programado, de descompresión permitida y de nuevo en la negritud asalariada de un Madrid caluroso, polvoriento y permanentemente levantado, como sufriendo una insurrección del tercer mundo al mando de máquinas sacadas de una película de desastres futuristas.

Hace nada volvía por el paseo de San Lorenzo a algo parecido a una casa. Los amaneceres siempre son bonitos, pero en Gijón, con un traje de tres botones lo son más todavía. Intentamos mantener la compostura, no siempre lo conseguimos, pero al menos mantenemos la dignidad. Seis días festivos prácticamente sin interrupción, y al acabar la allnighter me gusta ver a la gente como se disemina por entre las calles, sentados en los bares tomando un café, o la enésima copa. Parecen dandis derrotados por el maquinismo, artesanos de la estética con el pelo revuelto por la humedad, húsares en plena retirada, con la chaqueta en la cabeza, señalando el desastre, participando en la performance.

Hay gente que nos acusa de que todo es mentira, de pretender revivir un momento que no es nuestro, que no nos pertenece, que no es de ahora. No han comprendido nada, y muchos de ellos comparten pista con nosotros, que no bailes. Algunos no revivimos, vivimos, ponemos al día sonidos que nos pertenecen, porque sin nadie que los oyera, sin nadie que los bailara, estarían muertos, no tendrían sentido. Algunos se acercan con una curiosidad malsana, mirando con condescendencia a los adolescentes de treinta y pico que deslizan con dinamismo milimétrico sus zapatos de punta y tartán por el suelo. Vivimos en una noche más que vosotros en un año, porque entre otras cosas, no nos queda más remedio, aceptamos gustosos el título de césares de la basura, y ponemos algo de color en vuestras vidas de sillón orejero y normalidad indie.

Todo festival es mejorable, sobre todo por la conformidad musical de algunos profesionales del plato. Quizá me gustaría ver a más gente de verdad y a menos adosados de plástico, de uniforme imposible de comprender fuera de esas cuatro paredes. Quizá me gustaría poder prescindir de los paraísos artificiales, y coger sólo la electricidad del soul. Pero soy de memoria selectiva, y me quedo sólo con lo bueno, con lo que me gustó de verdad, con las caras de mis amigos, con toda esa gente a la que saludo e intercambio tres palabras cuando me gustaría que fueran trescientas, con esos desconocidos con quien compartes miradas de complicidad al sonar ese tema, al ejecutar ese paso tan jodidamente difícil.

El año que viene, en la dieciseis edición del Euroyeyé espero volver a ver amanecer en San Lorenzo, a atusarme las patillas, convertidas por el sudor en dos abrevaderos de hamsters, echarme las manos a la cara, frotármela y ver que aun seguimos allí, que pese a todo, los buenos esta vez hemos ganado.

(En la foto, Felix Explosión, alma-mater del Euroyeyé. Instantánea tomada por Felipe Ottofree, gran fotógrafo, mejor persona.)

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho el texto Dani, creo que no podrias expresarlo todo mejor.

un abrazo

felipe

Anónimo dijo...

Lo peor de todas estas cosas es la hostia a mano abierta que te catapulta a la realidad en cuanto coges el taxi de vuelta y suena música techno dance, o alguna basura del estilo, que te recuerda que este mundo está hecho para gente como Sergio Ramos

Anónimo dijo...

La felicidad completa no la tendrás hasta que dejes de preocuparte por la gente que te rodea. Si te gusta lo que haces, disfruta de ello y no des más vueltas a si hay gente que se disfraza, que curiosea, que os critica, que no os entiende, etc. Es tu modo de vida, y no él de ellos, así que preocuparse en demasía por el resto no me parece nada bueno.

Daniel Bernabé dijo...

Felipe, a ver si me haces unas fotos y entro en el flickr del estilo, coño! ;)

Querida anónima #2, lo bueno es que habrá siempre gente que sea capaz de decirle a la cara al taxista: "esto es música para futbolistas". Enorme as usual.

Daniel Bernabé dijo...

Querido/a anonimo/a nº3, hace años que descarté la felicidad completa de mi vida, quien quiera pasteles que se vaya al repostero. Por otra parte no se trata de que me preocupe por los demás, que obviamente me resbalan en grado sumo, lo que me preocupa es la ausencia de contracultura en gente que presume de alternatividad, gente que desconoce que las cosas interesantes surgen de abajo, no vienen del escenario "telefónica". Por otra parte, recibida esta crítica de una forma reiterada, estos festivales son los únicos que conozco en los que los asistentes se constituyen en lo más importante. No observan como meros espectadores una representación, ellos son el festival en si mismo. Y esto, aunque mejorable y evidentemente idealizado por mi, representa una de las pocas manifestaciones de independencia cultural que conozco. Para el puto mainstream alternativo ya está el FIB y Manos de Topo.

Daniel Bernabé dijo...

Pueden escribir más comentarios queridos lectores, normalmente no suelo ser tan caústico en mis respuestas, pero es que para mi es hoy la vuelta al cole después de tres largas semanas de excesos poéticos.

MAGICMODS dijo...

Hola grandes y sabias palabras que corroboro desde las catacumbas del modernismo senil ochentero.
Mientras haya gente con tus ideas no estará nada perdido.
Mientras tanto me encajaré en mi scooter cuadragenaria y pondré mi granito de arena.
Saludos con alma

Daniel Bernabé dijo...

Con lo que nada está perdido es con grupazos como el vuestro, que os vi en Lavapiés hará cosa de un año y fue la hostia. Un Abrazo y gracias.

Como las erratas son las últimas que abandonan el barco J.A. nos advierte que se echa las manos a la cara al verlo escrito con H. Gracias

Anónimo dijo...

Hay gente muy interesante, que sabe mucho de música, literatura, etc. y no por ello van al FIB, y de un tiempo a esta parte me he dado cuenta que hay más de la que creía... Y no hace falta un acto bizarro como decirle no sé que a un taxista, para sentirse superior sobre el ignorante, éste que viva en su ignorancia, que si algún día quiere salir de ella sabrá cómo hacerlo.
Y sí la repostería para los pasteleros que yo no soy muy de dulces.
Por todo lo demás el texto me gustó, sólo quería decirte que en cuánto dejas de preocuparte por el resto, las cosas salen y saben mucho mejor.

Daniel Bernabé dijo...

Me alegro que haya encontrado su camino zen. Como sabe soy angry por naturaleza y me gusta despotricar, gritar a la tele y dar puñetazos en la mesa. Es menos sofisticado que el rollito cabaret posmoderno, pero es working class de backcombing y libro de tapa dura en la cartera (por si hay que lanzarlo).

Es obvio que hay gente que sabe de música y libros y que no va al FIB, como lo es que a los putos mods se nos da en la jeta un día si y otro también, y parece que nunca tenemos derecho a responder. Además recuerde, es obvio que nos conocemos, que soy bastante heterodoxo, y además de leer a Colin MacInnes me gusta el dadá, los letristas y las manos con hormigueros, en definitiva, cosas que salen del corazón y de los agujeros más oscuros del cerebro.

Sin acritud.

Daniel Bernabé dijo...

Por cierto, que me quedaba con las ganas, decir a un taxista, es decir un servicio público (por mucho que les joda), que lleva el bakalao apestoso a un volumen extraordinario, que su música es música de "Sergio Ramos", no es un acto de bizarrismo, es una acción para quitarse el pork pie.

Buenas noches y buena suerte.

Anónimo dijo...

Por cierto sigo comprobando que le sigo inspirando textos ya que creo que uno de los párrafos creo que ha venido a colación de algún pensamiento mío, expuesto en algún muro de alguna red social. Si se dio por aludido, lo siento, no todo gira entorno a usted, sólo expresaba que no me gusta el tiempo que me ha tocado vivir, que hubiera disfrutado tanto en los 20, en los 30, en los 50 y 60, y como no a finales del S. XIX, pero esto es lo que me ha tocado, y cuando veo reportajes, documentales, etc, me muero de la envidia, porque yo tenía que haber estado allí...seguro que cree que es una chiquillada, pero me gustaría formar parte de la historia y que dentro de x años, se hablara de algo en lo que pude participar, pero de momento, no hablarán ni de usted ni de mí, ni de sus lectores ni de sus amigos,ni de los míos, así es la vida.

Por cierto lo de cabaret postomoderno, se queda corto, si hubiera estado más atento a las influencias, lógicamente es algo más.

Y de momento no tengo ningún camino zen, ni nada por el estilo, estoy reconciliándome con todo y aprendiendo a disfrutar de nuevo, y a estar sólo pendiente de mí, como usted bien decía el otro día, autosuficiencia.

Y perdón que no le aplauda por decirle a un taxista que lleva música bakala, sabe que le aplaudí muchas veces, cuando se enfrentó a cosas bastantes más difíciles jugándose su integridad física.

También sin acritud, y si escribí hoy fue porque me sentí atacada por algo que no iba contra usted ni contra el modernismo, sino todo lo contrario.

modgeneration dijo...

Buen post y es que realmente ellos no comprenden nada. Da lo mismo, que sigan en su gran mundo, que nosotros tenemos el nuestro. Keep The Faith

CayoFlavio dijo...

Gracias Dani,
Es muy ilustrativo y muy hermoso leer este texto, un abrazo
César

Hans dijo...

Creo que basta con insistir en lo dicho por Mod Generation: Keep The Faith.
Por lo demás... qué ganas tengo de que los Refoundations vengan a Zaragotham. Joder, qué grandes!