ARCO no vale ni como acrónimo, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ha comenzado otro año en Madrid, poniendo la nota colorista en informativos y periódicos. En Mercamadrid subastan todos los días carne, fruta y pescado y no despierta el mismo interés informativo. A nivel popular el tipo de arte expuesto en esta feria (Mercado de mayor importancia que el común, en paraje público y días señalados, RAE) no obtiene casi ninguna aprobación, lógico, lo cual no significa que se comprenda muy bien el significado de tamaño despropósito. El arte contemporáneo no cala entre la gente, bien, pero ocupa el terreno que antaño ocupo la vanguardia, desprestigiando a cualquier creación que se salga de lo común, mal. Vemos a continuación los puntos por los que ARCO, y lo que representa es detestable:
1.- La Vanguardia se concibe como elemento de impacto, tiene la misión de epatar, de causar un sentimiento profundo en el que lo observa, escucha o lee. Tiene un objetivo. El arte expuesto en este mercado carece de finalidad propia, existe como un elemento más, es por tanto prescindible por naturaleza.
2.- La Vanguardia sólo se concibe en un momento y lugar determinados. No tiene naturaleza trascendente, por el contrario, su naturaleza es agotarse en su propia finalidad, en su culmen , es decir, en el impacto provocado. Lo que criticamos aquí pretende perpetuarse, si no individualmente, sí como tendencia permanente.
3.-Si muchas Vanguardias de hace cien años aun siguen expresando algo es porque aun no han sido superadas históricamente, los posibles observadores de la actualidad aún siguen por detrás del momento de su creación. El arte actual de esta calaña tiene tanta capacidad de provocación de sentimientos como el cubo donde usted, apreciado lector, tira la basura todos los días.
4.-Es habitual que los medios hablen de entendidos en arte, o de que la gente, temerosa de su supuesta ignorancia, diga que no comprende la obra artística. El arte no necesita ser explicado, la obra debe valerse de si misma para provocar una reacción, sea la que sea. Si no lo consigue ha fracasado en su objetivo. La Vanguardia no necesita de expertos, el Guernica no requiere sesudos estudios, ni Un Perro Andaluz de largas explicaciones.
5.- Todo arte es deudor del mundo en que surge, este presunto arte es un perfecto vástago de nuestra realidad.
6.- La Vanguardia no requiere de intermediarios, su disfrute es libre y público y las reacciones que crea, o mejor dicho, cataliza, deben ser aceptadas sin más. Este trash posmoderno viene con guias, se ciñe a convenciones, se piensa para lo privado y censura las reacciones adversas que provoca, tachándolas de incultura.
7.- Mercado y Vanguardias son enemigos irreconciliables. El falso debate sobre que los creadores tienen que vivir de algo es una burda coartada en la que no vamos a entrar porque su sola mención nos ofende. Pretende ocultar que la única finalidad de este detritus estético es su valor de cambio, (carece del de uso), transformando a los creadores en artesanos bien remunerados, que elaboran productos con el único objetivo de su comercialización. He aquí el auténtico leit-motiv del asunto que nos ocupa.
8.- La cantidad de parásitos que zumban alrededor de la montaña de basura es espeluznante. Comisarios, tecnoartístas, representantes, starlettes, subasteros, clientes. Sí, clientes, ellos tampoco se salvan. Pueden ser acusados de mal gusto, pero no de estupidez. Ellos son quienes comprenden mejor que nadie la trama. Compran arte como compran acciones en la bolsa, esperando adquirir barato para luego vender caro.
9.- De el anterior punto se extrae la explicación, incomprensible para la mayoría, de como un montón de mierda puede valer un millón de euros. Especulación, palabra que a estas alturas de la película, querido-lector-hipotecado-a-cincuenta-años le debería ya sonar. La diferencia es que usted no puede vender la casa, porque hay muchas y no hay compradores, ni dinero, ni vergüenza.
10.- Por eso, si ha leído los nueve puntos anteriores, comprenderá porque usted, ni yo, ni Joaquín, el camarero que le sirve la cañas, podemos exponer en ARCO. No es porque nos falte el talento (bueno quizás a Joaquín sí), si no porque es necesario mantener el coto cerrado para que el valor de los objetos no baje.
11.- Y sí, la anécdota de que en la TATE una limpiadora tiró a la basura una creación-truño, confundiéndola, o mejor dicho, interpretándola como lo que era, un detrito, es cierta. Las trabajadoras de las limpieza de ARCO son la única vanguardia auténtica, real y sincera que ustedes encontrarán allí.
8 comentarios:
Más claro y directo no podías haberlo dicho. Lo que pasa es que esto viene de lejos y me temo que si se quiere ser vanguardista va a haber que acudir al arte anterior al nacimiento de las vanguardias, aunque resulte paradójico. No sería la primera vez que ocurre: recordemos que en el Renacimiento también retornaron al arte clásico no para imitarlo mecánicamente(hubiera sido una pérdida de tiempo), sino para encontrar un nuevo impulso... que marcó un cambio radical no sólo en el Arte.
Aprovecho para saludarte y animarte a que sigas así de despierto:), como cuando estábamos en el curso de hace un año y pico... Soy Alfonso, s bol'shim privetom( un saludo muy grande, en ruso:)
Alfonso, que alegría me da leerte, joder!, jejeje, mándame un mail y si estás en España nos tomamos algo. Saludos Rusofilos
me encantan las vanguardias rusas!
y no estoy de acuerdo contigo en lo de ARCO... creo que ya se ha generado una polémica en torno a todo lo que se expone en arco en plan : eso tb lo sé hacer yo, vaya tontería, bla bla bla... no sé, yo llevo yendo bastantes años, y precisamente éste me ha sorprendido pq había muy pocas cosas de las que la gente podrá decir que vaya basura... otros años había más pero aún así soy bte respetuosa pq el proceso de creación cuesta tela, es muy fácil verlo desde fuera... cuando te cuentan de dónde surgió la idea y esas cosas a mí me ganan... pq e smuy fácil decir que las cosas las puede hacer cualquiera, pero nadie se pone a ello...
No se trata tanto de una cuestion de capacidad "técnica" de poder reproducir lo expuesto en ARCO. Es, en fin, todo lo que cuento en el post. Un día lo hablamos, que cuando quedamos a tomar algo nos atocinamos mentalmente y sólo decimos tontunas.
Nunca me había permitido el lujo de comentar acera del arte por considerarme precisamente una inculta en la materia. Pero lo cierto es que, por mucho que lo intente, al salir de exposiciones semejantes se apodera de mí una extraña sensación de desengaño. Te cargan de guías, de lo más completas e impecablemente maquetadas, para que puedas entender que ese par de subnormales jilipollas corriendo en pelotas a través bosque eran toda una representación del ser huyendo de sus más oscuros remordimientos metagalaxiales. ¡Que me aspen! Sin embargo, no necesité de ninguna ayuda extra para quedarme durante minutos frente a una obra de Vermeer cuando solo tenía 17 años.
Gracias por el comentario querida lectora anónima.
Sí, eso mismo, el arte no se explica, provoca sentimientos en quien lo ve.
Ya te he enviado el mail, a ver si quedamos y nos tomamos unas cervezas o lo que sea, jajaja. Saludos de Alfonso, el rusófilo.
La de arriba es lerda
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