miércoles, 28 de noviembre de 2007

Blade Runner, final cut


Hace un par de fines de semana tuve la suerte de poder ver en cine el montaje final de la película Blade Runner. Para los que rondamos la treintena existen multitud de grandes películas que sólo hemos podido ver en pantalla pequeña, películas que de una u otra forma han marcado nuestro imaginario colectivo. Este final cut, al menos, sirve para que muchos de nosotros podamos, por fin, ver en pantalla grande las tribulaciones del agente Deckard.

Sobre Blade Runner se ha escrito casi todo por lo que no voy entrar aquí a glosar las cualidades inherentes que tiene esta cinta, en todo caso, si alguien lee esto y por alguna razón nunca ha visto la película lo mejor que puede hacer es no perder un minuto en ponerse a ello. Si no le gusta mejor que se busque un entretenimiento diferente al del cine.

Este montaje final no aporta nada en sí a la historia. Lo más significativo es que elimina algunas escenas finales y poco más. Sin duda es una estrategia para relanzar una película que se rodó en 1982 y que mejoraba enormemente el libro de Philip K. Dick en el que estaba basada: "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?.

La proyección a la que asistí en los cines Kinépolis, complejo gigante situado a las afueras de Madrid, se realizó en formato digital. Básicamente, y tal y como explicaban en un pequeño reportaje antes del comienzo de la película, lo que hacen es volcar el negativo "original" en un disco duro para que no perdiera calidad con el uso. No sé si por este sistema o por el lavado de cara técnico al que han sometido a Blade Runner, la película de Ridley Scott lucía envidiable, aunque supongo que algo tendrá que ver también la gigantesca pantalla, el sonido envolvente y la emoción de quien escribe esto.

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