martes, 13 de noviembre de 2007

Fauna y flora en los conciertos

El pasado jueves 8 de Noviembre estuve en el concierto que Interpol dieron en Madrid. Este grupo no me gusta demasiado, no porque les tenga especial animadversión, si no porque su estilo musical no es de mis preferidos. Aparte de mi opinión personal sobre esta banda newyorkina, la actuación fue bastante interesante, desplegaron un gran sonido y repasaron los éxitos de sus tres álbumes.

Existía una expectación considerable para ver a estos admiradores de Joy Division (estos sí que eran tremendos), por lo que mucha gente se quedo sin entrada. Si algún fan desafortunado lee esto, además de odiarme se preguntará obviamente que hace alguien en un concierto de un grupo que no le gusta. Mejor que responder dejo a su efervescente imaginación que maquine alguna fascinante historia.

Ver un concierto por el que no estás interesado te da un perspectiva diferente. Es como un partido de fútbol en el que no vas con ningún equipo. Y la música, como el fútbol, tiene un alto porcentaje de emoción. Esta situación te permite fijarte en los aspectos más técnicos que emocionales, aunque también te da la oportunidad para ver lo que te rodea, el público.

Es curioso que determinados fenómenos se ven repetidos allá donde vayas, y el público de los conciertos cuenta con una serie de arquetipos inmutables. Antes de meterme en faena si hacer un comentario sobre la sala en la que se celebró el concierto: La Riviera. Este antro es probablemente la peor sala de conciertos no de Madrid, si no del universo. Acústica infame, decoración tropical de feria, estructura demente, sí demente, ¿a quién se le ocurrió hacer el suelo más bajo conforme se aleja del escenario?.

Comencemos con el repaso:

- ¿Alguna vez habéis tenido cerca a las niñas gritonas?. Siempre existe un grupo de cuatro o cinco jovencitas speedicas cuyos gritos superan a las toneladas de decibelios de la música. Dan saltitos, se abrazan de la emoción (en todas las canciones, incluso en la primera de los teloneros) y siempre te pisan.

-Otro ejemplo de molestia concertil es el señor Torre, un hombre gigantesco que aparece de no se sabe muy bien donde y se coloca justo delante tuya. No hay nada que hacer ante un muro humano de más de dos metros.

-Otros tipos curiosos son los sempiternos listos, yo llego el último pero me coloco el primero. Se van introduciendo como sanguijuelas en la masa y consiguen colarse por los huecos más inverosímiles.

-Llevad un chubasquero. Siempre hay un lerdo que pasa con un mini o varios vasos de plástico llenos de cerveza haciendo equilibrios. No hace falta que cuente donde va a parar el zumo de cebada.

-La chica desmayo. En todo concierto que se precie siempre alguna muchacha que pierde el sentido. Se produce un revuelo al fondo, y al rato aparece un miembro del equipo de seguridad portando en brazos a la desmayada. Siempre me he preguntado donde las llevan, ¿Existe alguna sala secreta donde las mantienen esclavizadas en fabricando merchandising?

-El individuo narcótico. Siempre la monta, después de haber ingerido litros de alcohol y haberse zampado/esnifado/inyectado cualquier estupefaciente a cascoporro salta y brinca como si estuviera poseído. Los que le rodean le miran con pánico, los más avezados se acercan, solamente su aliento coloca.

-Antes os he pedido que llevéis chubasquero. Llevad también un chaleco salvavidas por si acaso estáis cerca del hombre sudoroso. Es normal sudar en un ambiente cerrado y caluroso (en la Riviera caen gotas del techo por la condensación, no bromeo) pero lo de este señor supera los límites de la normalidad. Mas que un humano parece una medusa, y siempre, prepárense estómagos sensibles, se acerca y te roza, dejándote la sensación de haber tenido un encuentro con una masa de gelatina húmeda y babeante.

- La sacerdotisa mística es una mujer que baila como si se hubiera encontrado con buda y este le hubiera invitado a unos tripis. Hace movimientos con las manos en el aire como si quisiera convocar a alguna deidad de una religión oscura y olvidada. Podría resultar insinuante, pero por alguna extraña razón estas féminas tienen tanto atractivo como una visita al dentista.

¿Tenéis previsto ir a algún concierto en breve? Pues lo siento, porque esto es lo que hay.

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