jueves, 21 de enero de 2010

Vías Cruzadas, o los estigmas del cine independiente

La pasada semana agarré esta película al vuelo en La 2, ya sabéis, pies encima de la mesa, zapeo constante, y "deja eso". Reconozco mi pudor para arrastrar por los suelos a películas bienintencionadas, y esta sin duda lo es, pero a mitad de la historia no tuve más remedio que levantar la cabeza y empezar a disparar a discreción contra esta previsible nadería. Más allá de la destrucción de esta semidesconocida película, me llamo la atención la cantidad de marcas, casi estigmas, que arrastra el cine independiente americano, lo sobrevalorado del mismo y sobre todo lo aburrido que es. Empecemos la autopsia:

1.- Personajes. Los protagonistas de esta cinta son un enano silencioso y taciturno al que le gustan los trenes, una mujer de mediana edad depresiva que pinta cuadros abstractos y un cubano que vende café en el lugar menos poblado de América. Para completar el cuadro tenemos a una niña extrovertida con sobrepeso (negra y pobre), un redneck con mullet en el papel de malo y una bibliotecaria lolita y cachonda que acaba embarazada. Esto se llama rareza pretendida. No construimos una historia y por necesidades de la misma aparecen tipos poco usuales. Buscamos primero gente extrañamente tópica y les colocamos como a figuritas en una maqueta. Ojo que los engranajes empiezan a chirriar.

2.- Relaciones. Ahora que tenemos montado el circo nos haría falta que los muñecos se movieran un poco para entretener al personal. Cuando los guionistas son hábiles, los personajes se conocen e interactuan de una forma sutil, como en toda historia inventada nada es casual pero nosotros, el público, no nos damos cuenta. En The Station Agent y otras muchas del estilo, más que encuentros tenemos encontronazos, situaciones de unión tan forzadas que resultan inverosímiles.

3.- Emociones. Estas películas siempre han presumido de ser un "crisol de sentimientos", que diría algún redactor cursi e imbécil de una revista de tendencias. Si nos emocionamos viendo una película es porque sentimos empatía, es decir, nos ponemos en el lugar del otro, comprendemos lo que siente y por tanto revivimos en nuestro pathos lo visto. Aquí no hay empatía posible. Casi todos los personajes suelen caracterizarse por una anemia energética notable, pasean sus caritas lánguidas por la pantalla y miran al horizonte esperando algo que no llega nunca. Todos tenemos momentos de astenia, estos la llevan en su código genético, no hay cambios, sólo una melancolía permanente.

4.- Ausencia de conflictos de clase. Vale, ya sé que en La Guerra de las Galaxias tampoco hay lugar para esto, la diferencia es que estos presumen de Cinema Verité. Pretenden reflejar la realidad, pretenden huir del borreguismo hollywoodiense y que universitarios interesados en el cine asientan con la cabecita a sus creaciones. Pero eso sí, no me expliques como coño vive un inmigrante cubano vendiendo dos cafés al día, sin derecho a contrato o asistencia sanitaria y con un padre gravemente enfermo. Y no me lo explicas por un sencillo motivo, querido creador independiente, en tu puta vida has sabido lo que es eso. Hay pues más de real en La Sirenita que en diez años de vuestro cine.

5.- Sexo. O no aparece por ninguna parte o si lo hace es de una forma patológica y pueril. En este punto no prefiero entrar, pero a mi me parece claro y cristalino como el agua en una mañana de verano.

6.- Estética. De manual, pero demasiado. Al igual que los escritores utilizan los tiempos y las personas verbales para contar diferentes tipos de historias, en el cine no deberías cambiar de plano cada tres segundos si tu tema es la quietud y la introspección. Eso es una cosa, otra no desmontar la cámara del trípode que te dejaron en la escuela de cine en noventa minutos. Esto no es teatro filmado, y, o no te enteraste en el tema 1 o el día que os pusieron Potemkin faltaste para ir a ver a Jay Jay Johanson o algo peor.

7.- Vergüenza ajena. Nunca, nunca, nunca (te has enterado ya?) filmes una escena de gritos, furia descontrolada, llantos o cualquier otro momento desmedido a no ser que esté muy justificado y cuentes con actores de primera. Si no el resultado que obtendrás es el que da nombre a este punto.

8.- Música. Si quieres meter la musiquilla que hace tu novia la cool-trendy-guay con el casio y eso justifica que a lo mejor te deje que la des algo más que un besito, vale. Si no es por eso recurre a un profesional que haga algo que enfatice y arrope tu película. Porque esto no es como aquella vez que pusiste unos emepetreses en la fiesta de primavera, no se trata de sacar porque sí a tus grupos preferidos. O sí, pero es que a nosotros nos gusta el soul...

9.- Cuanta algo por dios. Es decir, no vale que pare el DVD en cualquier momento y obtenga el mismo resultado que si me espero hasta el final. No hace falta que os ciñais a la novela decimonónica, pero no estaría mal algo de estructura, algún punto de giro y alguna pista que haga pensar al espectador que merece la pena acabar de ver tu película por algo más que hacer tiempo. De verdad, en el fondo esto se trata de contar historias, incluso aunque carezcan de interés real se pueden, se deben contar bien.

10.- El cine de entretenimiento no es malo. Incluso normalmente es mejor que el tuyo. Mira Indiana Jones y el Arca Perdida y aprende como contar algo, de forma interesante y que te lo haga pasar bien durante hora y media. ¿Qué tu eres un tipo serio y sustancial?. Te diría que vieras La Soledad del Corredor de Fondo, pero no, no te lo mereces, esa es nuestra.

3 comentarios:

Ángel Gasóleo dijo...

Oye

me alegra verte por aquí de nuevo.

Un abrazo.

Gintónico dijo...

Ahora que se acerca Sundance..y Johnny cogió su fusil.

Daniel Bernabé dijo...

Gracias Ángel, es que entre visita y visita al frenopático no me queda tiempo, :)

J.A. es que si no nos liamos a tiros de vez en cuando los trendis estos se nos suben a la chepa...