lunes, 24 de septiembre de 2007

Mi noche en blanco

Casi todos los que leáis esta entrada ya sabéis que es esto de la noche en blanco, se trata, para los más despistados, de una jornada en la que en diferentes ciudades europeas se desarrollan actos culturales por la noche.
Este año es la segunda edición que se celebra en Madrid y desde luego ha sido todo un éxito de asistencia, en los diferente medios se habla de un millón y medio de personas.
La noche en blanco coincidió con el día sin coches, pero nosotros que somos periféricos elegimos sabiamente el coche. Les aseguro que utilizo el transporte público constantemente (no tengo ni coche ni carné), pero intuimos que la vuelta a casa podía hacerse bastante difícil.
Empezamos en Atocha, donde estaban pasando un corto documental sobre unos atuneros. Luego fuimos a Cibeles y vimos la proyección que hacían sobre el Palacio de Telecomunicaciones, además en la Casa de América había un para de donuts en la fachada. acabamos en Plaza España viendo el edificio homónimo con las ventanas de colorines. Y ya.
Seguro que había actividades culturales interesantísimas (unas 170), pero no le veo la gracia a eso de ver museos a las doce de la noche. Por otra parte la gigantesca afluencia hacía que todo estuviera saturado (al menos en el centro) y yo no tengo paciencia para esperar kilométricas colas.
A cambio vimos a un grupo que tocaba estupendamente en el Wurlitzer para acabar tomando unas copitas en el home bar. Ir de bares es lo que hacemos cuando salimos, pero es que no somos de cambiar costumbres fácilmente.
¿Qué es lo que más me gustó de la noche en blanco? La cantidad enorme de gente que se veía en las calles, parecía un reclaim the streets a lo grande. No creo ni de lejos como he leído por ahí que la gente se paleta por acudir a eventos como estos. La gente (entre los cuales me incluyo, I´m gente) tiene ganas de hacer cosas, y aprovecha cualquier oportunidad para salir. ¿Es normal concentrar todo en una noche?, teniendo un verano cómo el que tenemos aquí, no. Más actividades, muchas más a lo largo del año.
Por otra parte no puedes concentrar a un millón de personas en el centro y luego decirles que se busquen la vida para volver. Si un fin de semana normal es difícil coger un búho o un taxi, en este se podía prever lo que ocurrió.
Con el tema cultural en sí, pues no tengo mayor criterio para apoyar o denostar las actividades culturales. Lo gracioso del arte contemporáneo es que el artista y los entendidos alambican la explicación de su creación, y luego esta, de cara al gran público tiene un efecto parecido al de los fuegos artificiales.

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